14 febrero 2014

Nuevas plantas, nuevas semillas - Adrián José

Yo no se como se arreglan las personas, pero en mi caso la meditación y la contemplación me resultan indispensables como herramientas para encontrar mi vida y mi oración. Creo que la vida de aquel que la encuentra, siempre es como la del sembrador, de una sola semilla semilla crece una planta y de esta salen montones de semillas, que a su vez serán nuevas plantas con millones de semillas.... o sea, vida abundante y plena como dice Jesús.

Cuando no encuentro mi vida, selecciono mal las semillas y siembro cualquier cosa o fuera de época y nada brota o simplemente me meto las semillas en el bolsillo por no saber que hacer con ellas, y aquel campo que tendría que ser verde y rico, es solo tierra siempre virgen. Estamos tan dormidos aveces que sembrando semillas de lechuga esperamos recoger naranjas, o simplemente sembramos naranjas y las descartamos por que no son ciruelas o no importa lo que hagamos pero nunca termina en abundancia y plenitud.

Encontrar mi vida es reconocer mis cambios internos y los cambios de todo lo que surge en el lugar en donde me desarrollo. El conocerse así mismo es siempre dinámico, por eso se hace indispensable la auto observación y la atención, facultades que se despiertan naturalmente en el simple ejercicio de la meditación.

Encontrar mi vida es también estar dispuesto a la oración constante. Esta es el aire que respiramos a cada instante, sin ella es imposible. Nuestra capacidad mental tiene una perspectiva tan limitada a lo superficial que jamás podríamos sacar vida de ella. Solo en lo profundo de la humilde relación posible con Dios en la oración silente, como si fuese un hilo conductor re sensible y vulnerable a todo, hace que la vida sea vida. Cuidar este estado de disponibilidad constante es asegurar nuestra supervivencia.

Si estamos despiertos veremos que la semilla nunca la elegimos nosotros, nuestro límite humano no lo permite, sino que siempre es a través de la Gracia de Dios que viene y llega a nosotros, por lo tanto, cada tiempo trae la semilla correcta y siempre es fecunda si la siembro.





Adrián José




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www.permaencerensuamor.com

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