19 diciembre 2013

Reflexiones sobre la fiesta para Jesús - José Esteban Santamaría Solórzano




Como le gustaría al Maestro Jesús que todos fuésemos UNO como lo es EL con su Padre. Así lo manifestó en la Oración al Pueblo Santo como sumo y eterno sacerdote. Evidentemente, esto implica que todos nuestros actos sean totalmente cristianos, según nos lo dejo expresado en las Bienaventuranzas. Estas reflejan el Modelo de vida que debe seguir todo cristiano.

Si hacemos esto, es que amamos a Dios y a nuestro prójimo. Claro está que en una pequeña reflexión no es posible cubrir todo, pero a veces una pequeña reflexión dice mucho.

A Dios no se le buscan defectos, sino que aceptar su santa voluntad es someterse a su sabiduría divina que es perfecta. Por ejemplo, un solo arrepentido produce más fiestas en los cielos que 99 justos. Esto hay que entenderlo y creerlo.

Hay que creer para entender y hay que entender para creer.

Trascender en este mundo es difícil, sin embargo, la oración, nuestras caridades, dar bien por mal, amar a tu enemigo, el desapego a las cosas materiales, la mortificación, el sufrimiento, que no te roben la esperanza, no robar esperanzas, que no te roben tu espiritualidad, entender en que consiste la recompensa celestial, mantener la paz en la conciencia, combatir el mal con el AMOR, que la miseria y la criatura se consuma y que permanezca solamente Dios, son dogmas espirituales que nos pueden permitir mantenernos cerca de Dios y estar en fiesta con el Maestro Jesús.

El Plan de Dios se viene entendiendo según la iluminación que vayamos obteniendo de nuestras acciones para con Dios y nuestro prójimo. En cierto momento se llega a sentir el paraíso internamente, pero estamos en este mundo y como la cruz del Maestro Jesús es el servicio, así nosotros debemos intentar mantenernos en el servicio continuo a nuestros hermanos: Pobres, Desamparados, los que están en prisión, los enfermos, la evangelización, la lucha contra el mal (Efesios 6:), para estar en unidad con el Maestro Jesús y con Dios.

No debemos de olvidar que estamos contaminados por este mundo y que la Ley del Perdón debemos usarla como todos los días que nos bañamos. Con ella, tocamos la puerta de la tienda del Maestro y pidiendo la intercesión de Nuestra Madre Santísima, podemos continuar trabajando para Dios.

Los medios materiales nos lo proporcionan desde el cielo por lo que esto no debe preocuparnos, aunque si debemos poner de nuestra parte.

Que Dios nos Bendiga Amada Lucia.





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