Aunque no he tenido el gusto de conocer al personaje de James Joyce: "alguien que vivía a cierta distancia de sí mismo", creo que sí podemos comprender el drama que vive. Me pasa en lo personal -y además es fácil reconocerlo también en cada semejante, en cada herman@: la distancia que nos separa de ese mundo de mismidad que realmente somos.
El llamado se escucha y se presiente, desde diversos "lugares", para que no nos alejemos, para "remar mar adentro", y ahí lejos de 'algo' (lo conocido, las imágenes tan cómodas como engañosas y muchos otros "teneres"), por fin realizar el sentido en el encuentro infinito con un misterio cierto, inefable pero real, presente y presencial.
Pero además se nos dice "echa las redes"; creo que en ese encuentro espiritual, a partir de Él , en ese saberse amado como criatura por el Dios Vivo, es que realmente existe la posibilidad de relacionarme de verdad con la persona que me sale al encuentro en cada día. Echar las redes quiere decir también reducir la distancia con él o con ella, incluso con alguna circunstancia/acontecimiento, o con la naturaleza (como nuestra hermana menor se podría decir); quiere decir la decisión/posibilidad de fluir con el Amor, de reconocerme capaz de amar y por lo tanto de realizar valores en-mi-existencia; quiere decir reducir al mínimo personal la violencia de la que soy y somos portadores. Y además echar las redes quiere decir apostarlo todo a la incertidumbre, a la Fe, a la Gracia y el gozo: decir un Sí inmenso... temblando de vida!!
Desde la Mitad del Mundo:
Eduardo Noboa
Publicado por:
www.permanecerensuamor.com
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