19 enero 2012

Ser en Armonía (Padre Anselm Grün) - Carlos Edilberto Paredes Zegarra

El texto  es un resumen del padre Anselm Grün nació en 1945 en enero en Alemania y es Doctor en Teología.

Queridas hermanas, queridos hermanos, hay distintas razones para no estar en armonía con nosotros mismos. Por un lado está el temor a nosotros mismos. Hay una historia que nos habla de un hombre que va caminando y ve detrás de él su sombra. Esto lo molestaba mucho y por esa razón caminaba cada vez más rápido. Cada vez que miraba hacia atrás seguía viendo la sombra que lo seguía, entonces el hombre caminó y caminó hasta que cae muerto. La historia finaliza con la frase: “Hubiera bastado que se sentara a la sombra de un árbol para poder superar su propia sombra”. Para nosotros, los cristianos, esta imagen de la sombra del árbol es una imagen de la cruz que es una imagen de la unidad de todas las cosas contrapuestas. Si nos ponemos o nos sentamos a la sombra de la cruz nos podemos decir que sí a nosotros mismos aún con todas nuestras contradicciones.

Jesús nos dice: “Sólo la verdad los va a liberar”, sólo si nos enfrentamos a la verdad podemos llegar a la armonía con nosotros mismos, pero con esta verdad es importante, la debo mirar porque es aceptada totalmente por Dios, es importante que yo confíe en que todo lo que tengo es aceptado por Dios. Este es el primer aspecto de la armonía con uno mismo, y hay distintas causas por las cuales no estamos en armonía. Una de las causas son los sentimientos de culpa.
Por eso es importante disminuir los sentimientos de culpa, presentárselos a Dios y confiar en que Dios nos perdonará, pero también me tengo que perdonar yo mismo, y la pregunta de por qué las personas no se perdonan es porque no han satisfecho su propia imagen ideal.

Un área importante por la cual a veces no estamos en armonía con nosotros mismos es la falta de autoestima. Conozco muchas personas con falta de autoestima. Tienen temor, no pueden hablar tan bien como otros, son tímidos, inhibidos, se bloquean, y también se hacen una imagen ideal de que deberían ser seguros, y puesto que no son seguros no se atreven a mezclarse con la gente.
Toda persona tiene una voluntad, para subsistir, para atravesar problemas, para superarlos, para no abandonarse uno mismo. Es decir, Jesús toca esa voluntad, y de este desafío este enfermo reacciona con una excusa, se lamenta, “no tengo nadie con quien hablar, nadie me comprende, nadie tiene tiempo para mi, los demás tienen alguien que los lleve al lago, a mi nadie me lleva, siempre llego tarde, nunca recibí lo suficiente”, ustedes conocen todos   estos lamentos para justificar porque mi vida no es como debiera ser y culpamos a nuestra educación, y de todas estas novelas, de todas estas excusas del enfermo Jesús  no le dice “sos un pobre diablo, tené paciencia, yo te voy a quitar la enfermedad”, sino que lo desafía más, le dice: “levántate, toma tu camilla y anda” y esto es muy importante para mí.
Para mí esta frase está llena de fuerza y de simbolismo porque todos nosotros desearíamos realmente levantarnos si supiéramos que desde ese momento vamos a ser seguros, vamos a presentarnos con seguridad y no nos vamos a poner inseguros por la crítica, no vamos a tartamudear, entonces todos quisiéramos levantarnos si ya no tuviéramos inseguridades ni inhibiciones. Jesús le dice: “levántate, toma tu camilla y camina”, el no sabe si realmente está sano, le dice “levántate” y la camilla es un símbolo de su parálisis, de su enfermedad, entonces le dice “toma tu parálisis debajo del brazo, llévala de paseo, puedes levantarte con tus inhibiciones y presentarte así a la gente, no debes ser seguro de ti mismo como aquel al que ya nada le importa y está a la moda, simplemente toma tu camilla y camina.

1 comentario:

Lucia Gayon dijo...

Hola Carlos Edilberto:
Muchísimas gracias por compartir este hermoso escrito del Padre Grun.

Es verdad, nosotros mismos nos paralizamos en nuestro desarrollo espiritual. Para romper con ello debemos hacer silencio y estar quietos, lo que nos permite re-descubrirnos en su Amor y así dejar la camilla.