En estos días plenos de espera, con todas nuestras lámparas encendidas, queremos aprender de quienes nos precedieron: María, Isabel, Zacarías... y tant@s que han continuado confiando y amando la Acción del Espíritu, que encarna en cada uno de nosotros a Jesús.
Que nuestra espera sea también una espera atenta, activa, gozosa, confiada.
POR LA ENTRAÑABLE MISERICORDIA DE NUESTRO DIOS
NOS VISITARÁ EL SOL QUE NACE DE LO ALTO
POR LA ENTRAÑABLE MISERICORDIA DE NUESTRO DIOS.
Señor, nos unimos al cántico de quienes esperaban
y al de los que esperan.
Nos unimos a quienes veían llegar tu Salvación
y a quienes la desean y aún no pueden verla.
Tú, en la plenitud de los tiempos,
te encarnaste en Jesús de Nazaret,
hombre con los hombres y mujeres de su tiempo,
dando cumplimiento a tus promesas,
a los anhelos de siglos y siglos
de un pueblo que elegiste por amor.
Jesús, el Hijo de Dios, ungido por tu Espíritu de Amor,
ha iniciado una nueva Historia
en medio del devenir de la Humanidad.
Hoy queremos poner nuestra confianza en tus manos,
como Él hizo durante toda su vida en la tierra.
Visita, Señor, por tu entrañable misericordia, a quienes dudan y desesperan.
Sé para ellos Luz. Dales tu Paz y tu Fuerza.
Hazte presente a quienes buscan la verdad
en medio de oscuridades y conflictos,
a quienes sólo saben confiar en el poder y la violencia,
en las riquezas materiales y en el prestigio.
Sigue buscando, Señor, a cada uno de nosotros, y atráenos a Ti.
Guía nuestros pasos, guíanos desde la luz interior
que Tú encendiste en nuestro corazón.
Condúcenos a la paz sanadora
de sabernos pobres, pequeños,
destinados únicamente a la Plena Felicidad en Ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario