A medida que va transcurriendo mi vida, noto que algo quiere nacer en mi. Ocurre en un silencio abismal, y no soy conocedora del final de esta gestación. Voy viviendo, en la medida en que me dejo llevar y no me interpongo con mis ideas, pensamientos, interpretaciones, preocupaciones, ansiedades, expectativas, en un presente que tiene sabor de eternidad, porque Es todo el tiempo.
La Navidad entonces va expresando para mí ese proceso, pero solo para mi razón, porque mi profundidad vive todo el tiempo en una Navidad.
La historia de Jesús marca un tiempo para su nacimiento, su vida y su muerte en la Cruz, pero Cristo vive y está en todas partes, sobre todo dentro nuestro. Y su presencia no tiene tiempo ni espacio, porque Es aquí y ahora.
Vivo este tiempo desde el silencio de mi corazón, aunque afuera muchas veces haya ruido, no solo exterior sino en mi cabeza, y lo que quiere nacer, nacerá cuando el proceso se complete, o está naciendo todo el tiempo.
Sé que el Amor maneja todo esto, y pongo mi confianza en Él, aunque a veces me revele y proteste, cuando algo me parece que debería ser de otro modo.
Que podamos crecer en todo tiempo, profundizar en el camino y permanecer en Su Amor.
Mando un abrazo a todos los que visitan este espacio y leen, y a los que participan con sus escritos, que son valiosos.
Y les dejo a todos el deseo de una Feliz Navidad.
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