01 octubre 2011

Ciudadanos del Cielo - Graciela Moranchel

Queridos todos:
 
Personalmente, la meditación cristiana me permite tomar conciencia exactamente de lo que nos dice San Pablo en el texto a los filipenses que nos adjunta Lucía: que "somos ciudadanos del Cielo".
 
El Apóstol no nos dice que "seremos" ciudadanos del Cielo, luego de la muerte, en la bienaventuranza eterna, sino que, muy por el contrario efectivamente
lo somos ya, desde ahora, en el hoy de nuestra existencia. ¡Qué maravillosa es la obra del amor en nuestra vida! Porque todas estas cosas son obras del amor de Dios hacia nosotros.
 
Abrir la conciencia a estas realidades sobrenaturales requiere de una escucha atenta para comprender lo que Dios quiere decirnos en el silencio de nuestro corazón, allí donde nos unimos íntimamente a la oración de Cristo al Padre, y somos una sola cosa con Él.
 
 
 

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