19 septiembre 2011

Experimentar el misterio de Dios - Graciela Moranchel

´Meditar significa para mí encontrar ese lugar profundo en mi interior donde se unen el Espíritu de Dios y mi propio espíritu. Es "experimentar" el Misterio de Dios, la Vida Plena que Cristo nos regala, y saber que la puedo vivir ya, ahora, aquí, en el momento presente, aún antes de pasar por la muerte. Meditar es conocer las realidades del Reino, pero desde el corazón, no desde explicaciones teóricas. Es bucear en mi interior para encontrarme con Cristo y permanecer en Él, en el silencio. Meditar es rezar sin palabras, poniendo todas las cosas que deseo en la dimensión de Dios, pero sin pedir nada, con la confianza absoluta de saber que el Señor sólo quiere nuestra plenitud, nuestra felicidad, y que las cosas negativas que me puedan suceder, jamás son Su voluntad, porque Dios es Amor (1 Jn 4, 8). Meditar es dar un lugar central al "silencio" en mi vida, como la posibilidad privilegiada de poder "escuchar" a Dios en el interior de mi conciencia, quien desde esa quietud callada nos habla mejor que mil palabras´.

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